Se convirtió
en todo lo que me obsesionaba.
Lo imprescindible.
Lo vital.
Era cada mirada que dejaba caer,
cada palabra suelta;
eso que dices cuando estás nerviosa
y no sabes como romper el hielo.
Era todo lo que hubiese deseado
y lo que esperaba desear.
Creía en mí
y no había nada más atractivo,
no había nada más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu aportación...